Si hay una palabra que define a la perfección la orientación a futuro de Fersa Bearings esa es “innovación”. Desde hace más de 50 años, esta compañía, española, diseña, desarrolla y distribuye soluciones completas de rodamientos para automoción. En el ámbito del vehículo industrial son especialistas en rodamientos para camión, tráiler y autobús. Como proveedores de los principales fabricantes de equipo original, tanto de ejes como de cajas de cambio, están acostumbrados a anticiparse al futuro. Sea como sea la tecnología que incorporen los vehículos industriales de la movilidad que viene, tendrá el sello de Fersa. Por eso, nada mejor que asomarse a su visión del futuro, del vehículo industrial, y del taller y los recambios con los que se mantendrán, a través de esta entrada del blog que firma Ignacio Miguel, ingeniero de desarrollo de Fersa Bearings.
Con la entrada del vehículo eléctrico y la guerra contra el diésel, las empresas vinculadas al sector nos encontramos ante un reto muy interesante que pondrá a prueba nuestra capacidad de adaptación. Desde el equipo de desarrollo de Fersa hemos detectado cinco vías de desarrollo del sector y sus consecuencias para el mundo del recambio.
En primer lugar, destacamos la integración de componentes. Entre un 5 y un 15% de los fallos de rodamientos son causados por un montaje incorrecto o una elección equivocada del producto. Es por ello que los fabricantes tendemos a la integración de componentes en soluciones completas (como el módulo de piñón o los rodamientos integrales). De esta forma, el taller no precisa útiles específicos para el recambio y garantiza que está montando un elemento adecuado, calibrado, pre ajustado desde fábrica y con todos los componentes correctamente montados. La integración de los componentes redunda en un menor mantenimiento, una reducción de los problemas durante el mismo, una garantía de calidad y un beneficio económico para el taller.
En segundo lugar, cobran protagonismo la eficiencia y reducción de emisiones. De cada litro de combustible empleado en un vehículo medio, el 5% se consume en pérdidas mecánicas, y un 1% del total se pierde en el simple funcionamiento de los rodamientos. La eficiencia energética y la reducción del consumo de los vehículos se han convertido en aspectos vitales para usuarios y fabricantes. En los talleres, se va a notar esta tendencia en la aparición de nuevas gamas de componentes, discos de freno, nuevos aceites lubricantes y nuevos tipos de retenes. En el corto plazo, vamos a ver cada vez más “gamas eficientes”, que pueden llegar a ser diferentes de las versiones estándar del producto. En Fersa, por ejemplo, disponemos en una familia (HiPro PD) de alta eficiencia especialmente diseñada para reducir su peso en un 10%, manteniendo su durabilidad y disminuyendo la fricción en más de un 15%.
El tercer lugarlo ocupan las nuevas tecnologías inteligentes y conectadas. Gracias a los componentes inteligentes, el mundo del recambio va a cambiar sus protocolos de mantenimiento. Esto se traduce en pasar de un mantenimiento preventivo, en el que se cambia el componente después de X horas de uso, a un mantenimiento predictivo,en el que se extiende la vida útil de los rodamientos al predecir y anticipar su posible fallo. En el caso de Fersa, esto es posible gracias al MOSS Bearing, un sistema que incorpora sensores a los rodamientos para medir variables como temperaturas, vibración, humedad, cargas o velocidad, entre otras.
En cuarto lugar, tenemos la nueva mecánica del vehículo eléctrico, que supone hasta un 90% menos de partes móviles en comparación con uno de combustión, lo que cambiará la forma de trabajar en los talleres. Además, componentes como los rodamientos también se verán afectados por el vehículo eléctrico, precisando nuevos requerimientos. En Fersa, disponemos de la gama Hybrid con rodamientos que incorporan componentes cerámicos que se adaptan a estas necesidades especiales como son el aislamiento eléctrico, el giro a mayores velocidades y la reducción de vibraciones.
Finalmente, tenemos la quinta vía de desarrollo: la autonomía y la conducción asistida. El transporte por carretera, tal y como lo conocemos hoy en día, se va a modificar en el medio plazo gracias a la aparición de nuevas tecnologías. Pensemos, por ejemplo, en los “trenes de carretera” (también llamados platooning), que permiten mejorar el consumo de los camiones; o en los camiones autónomos, que estarán libres de la obligatoriedad de cumplir los tiempos de descanso de conducción y podrán estar circulando durante muchos más kilómetros al día ininterrumpidamente. Los componentes se verán sometidos a muchas más horas de trabajo, aumentando el desgaste. La evolución natural del mercado pasa por la creación de elementos de altas capacidades pero, mientras el mercado se adapte, los componentes actuales deberán ser sometidos a mantenimientos más frecuentes de los que estamos acostumbrados. Además, los fallos que encontremos en estos vehículos de uso intensivo van a ser diferentes de los fallos habituales.
No cabe duda de que estamos ante una gran revolución. Sin embargo, no debemos olvidar que será gradual. Según datos de 2018 de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), un 72,9% de los camiones tienen más de 10 años, de modo que todavía ha de pasar tiempo hasta que se renueve el 100% del parque automovilístico y se adapten los diseños de los vehículos y componentes a los nuevos retos tecnológicos. Queda en manos de los talleres dotarse de aquellas herramientas que le garanticen no quedarse atrás.