«Los cambios en la movilidad van a exigir un reciclaje permanente de los técnicos e inversiones para estar a la altura de lo que el mercado demande.», Marcos Alonso, Portomotor

«Los cambios en la movilidad van a exigir un reciclaje permanente de los técnicos e inversiones para estar a la altura de lo que el mercado demande.», Marcos Alonso, Portomotor

Distribuidor gallego de recambios para vehículo industrial que cuenta, además, con dos talleres especialistas en V.I., Portomotor es un referente en la posventa para vehículo pesado en Galicia donde cuenta con siete puntos de servicio en tres de las cuatro provincias gallegas, con una capacidad de almacenaje total que alcanza los 14.000 m². Marcos Alonso, su gerente destaca en esta entrevista, entre otras cosas, cómo la transformación digital llegará con fuerza al V.I. y cómo los talleres deberán estar muy atentos a las nuevas tecnologías que afectarán la forma de trabajar.

 

¿Cuáles son los desafíos actuales del taller de Vehículo Industrial?

«En mi opinión, principalmente son dos. Por un lado, nos enfrentamos a una transformación digital provocada por la entrada de las nuevas tecnologías en los vehículos, que si bien será más lenta en el sector del V.I., llegará con fuerza. Por otro, estarían los costes de explotación, que suben cada vez más y los talleres tienen mucha dificultad para trasladarlos a su facturación, por lo que las márgenes cada vez son menores».

¿De qué factores concretos va a depender la rentabilidad del mantenimiento y reparación del V.I. en la movilidad que viene?

«El problema fundamental, como decía, es que los costes de los talleres crecen de manera exponencial. No sólo los costes tradicionales como salarios, suministros, etc, sino los asociados a las nuevas tecnologías y sus aplicaciones: necesidad de equipamiento informático, herramientas de diagnosis, acceso a la información técnica, formación especializada… Y esto irá a más, pues los vehículos vendrán equipados con nuevas tecnologías y aplicaciones para las que los talleres deben prepararse, muchas veces con importantes inversiones en equipamiento y formación aparejadas. Por ello, hay que ser capaces de explicar a los clientes que los nuevos costes asociados a las tecnologías más modernas deben repercutirse para que el taller siga siendo sostenible, hacerles entender el plus de servicio y seguridad que supone la transformación digital del taller».

¿Qué efectos puede tener sobre los talleres de V.I. el eventual auge del cliente de flota frente al transportista autónomo? ¿Cómo puede prepararse para ese escenario?

«No cabe duda de que se pierde el contacto personal y el conocimiento cercano del vehículo propio que puede tener un autónomo. Muchas veces las decisiones sobre reparaciones y averías se toman a distancia, de forma aséptica y estandarizada, y casi siempre están basadas en la oferta económica más baja. Este cambio en el mercado, obliga a los talleres a estandarizar los procedimientos para el tratamiento de las averías de este tipo de flotas: rápida identificación del problema, informes y diagnósticos claros y precisos, rapidez en las reparaciones y, por supuesto, precio moderado, para que no suponga una carga de trabajo excesiva que no lleve a ningún lado».

¿Cómo, si es que lo va a hacer, va a afectar a los talleres el vehículo industrial conectado?

«Evidentemente, el V.I. conectado acabará afectando a los talleres, que deberán estar muy atentos a las nuevas tecnologías que influirán en su forma de trabajar. Pienso que las reparaciones cada vez serán más preventivas por la capacidad de predicción de los nuevos sistemas de diagnosis: veremos menos averías importantes siempre que los mantenimientos se realicen correctamente».

¿Qué papel juegan las redes de talleres de V.I.? ¿Qué aportan los talleres? ¿Qué deberían aportar?

«Creo que la incorporación de un taller a un red no supone ninguna ventaja en sí misma. No obstante, es labor de los responsables de dichas redes crear valor añadido, transformando el coste de pertenencia a la red, en algunos casos muy elevado, en una inversión que pueda resultar rentable y que genere ventajas competitivas. Estamos asistiendo a la creación de numerosas redes superpuestas que, en ocasiones, no ofrecen más que una imagen que no tiene mucho más detrás».

¿Y los recambios? ¿Cómo van a ser los recambios y las reparaciones en la era de la nueva movilidad? ¿Podrán los talleres acceder a la formación e información técnica necesaria para seguir reparando los nuevos vehículos?

«Estamos en una época de cambios muy importantes en la que los fabricantes están apostando por la investigación y desarrollo de nuevos componentes y herramientas para dar servicio a nuevas necesidades. En este sentido, es fundamental el acceso a la información técnica y la capacidad que se tenga de avanzar en la medida que lo hace el mercado. Todos estos cambios van a exigir reciclaje permanente de los técnicos e inversiones para estar a la altura de lo que el mercado de la reparación va a demandar. En este sentido, el problema será conseguir un retorno adecuado de todas esas inversiones en un entorno económico que se presenta poco favorable».